De la mañana a la noche. De la noche a la mañana. En grandes olas azules y encajes de espumas blancas, te va llegando el saludo permanente de la Patria. Ay, hermanita perdida. Hermanita: vuelve a casa.
Amarillentos papeles te pintan con otra laya. Pero son veinte millones que te llamamos: hermana... Sobre las aguas australes planean gaviotas blancas. Dura piedra enternecida por la sagrada esperanza. Ay, hermanita perdida. Hermanita: vuelve a casa.
Malvinas, tierra cautiva de un rubio tiempo pirata. Patagonia te suspira. Toda la Pampa te llama. Seguirán las mil banderas del mar, azules y blancas, pero, queremos ver una sobre tus piedras clavada. Para llenarte de criollos. Para curtirte la cara hasta que logres el gesto tradicional de la Patria.